Hay instituciones deportivas que buscan generar en sus chicos identificación y hay otras en las que este sentimiento de pertenencia se da de manera espontánea o mejor dicho por una suerte de carácter transitivo.
Esto último es lo que viene sucediendo con Polideportivo Gonnet en los últimos años. Es cosa de todos los días ver a los chicos caminando por las calles del barrio con remeras, camisetas o buzos del club como también son frecuentes esas postales cuando algún viaje eventual los lleva lejos de la ciudad. La marea amarilla avanza y no quiere detenerse.
Por eso tampoco extraña verlos en las tribunas en los partidos de la Primera, al pie de la cancha alcanzando pelotas o asistiendo a las distintas charlas y conferencias que organiza la institución. La pertenencia está y se respira desde los primeros pasos en Aplafi y en la Liga Platense de Fútbol, dentro de la cancha o fuera de ella con ex jugadores del club devenidos en técnicos o en padres que siguen colaborando pese a que sus hijos ya hayan crecido.
Siempre en Gonnet hay iniciativas para celebrar, como la que surgió en las categorías mayores alrededor de la figura del capitán. Ser capitán en un deporte colectivo no es un hecho menor y conlleva una gran responsabilidad y un enorme compromiso.
El capitán es un ejemplo dentro y fuera de la cancha, es el encargado de marcar el rumbo y de sostener a sus compañeros si alguna vez las fuerzas parecen flaquear. Pensando en esto se decidió remarcar esta figura de manera simbólica, con el traspaso de la cinta de Polideportivo Gonnet, de capitán en capitán, de brazo en brazo.
Así, “el capitán de la cuarta le ponía la cinta al capitán del senior, este al de reserva, el de reserva al de primera, el de primera al de prenovena, el de prenovena al de novena, el de novena al de octava y así hasta llegar al de la cuarta. La idea es seguir reafirmando en cada uno de los chicos el sentido de pertenencia y el de responsabilidad”, comenta Nicolás Vampa, capitán de la Primera y uno de los impulsores de la idea.
Si alguien anda por el barrio que los vio nacer y crecer, y se cruza con alguno de ellos lo verá caminar con la cabeza erguida y mirando hacia adelante. Pero no hay que confundirse, en esa mirada, en ese gesto no hay altanería sino el orgullo de pertenecer y ser parte de Polideportivo Gonnet.
